Según el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), hay 500 millones de niños y niñas en el mundo que viven en la pobreza o, lo que es lo mismo, que tienen sus necesidades básicas insatisfechas (NBI). Estas tres palabras significa que no tienen lo necesario para vivir, como alimento, vivienda, escuela, abrigo, atención de la salud, juegos, etc.
Además hay 100 millones de chicos en todo el mundo que no van a la escuela y 167 millones que tienen problemas de crecimiento por desnutrición.
En 1999 murieron 11 millones de niños menores de 5 años por causas evitables, como la falta de higiene, de medicamentos o de vacunas.
La explotación o trabajo infantil no es un problema nuevo, pero actualmente afecta mucho más a los países subdesarrollados.
Lamentablemente en el mundo hay 215 millones de niños y adolescentes que trabajan, el 46% son mujeres.
Porque los niños no deben trabajar, es simple la respuesta; desde hace décadas se decidió que el trabajo infantil es una violación a los derechos del niño porque realizar estas tareas les ocasiona riesgos y daños a su salud física, mental y espiritual. Altera totalmente el crecimiento normal ,que como individuo debería tener para poder desarrollar todas sus capacidades y potencialidades en el futuro.
Los trabajos donde más frecuentemente se utilizan a los niños son para mendigar o vender en la calle, trabajar en el campo o en una fabrica, realizar tareas domesticas para terceros, en la construcción, entre otros, además incluso realizando actividades ilegales como la venta de drogas, robos, pornografía o prostitución entre las más degradantes.
Los niños son motivados u obligados por sus padres, familiares o desconocidos a realizar las diferentes trabajos, son explotados ya que no reciben una paga adecuada y desarrollan las mismas en condiciones inseguras, insalubles, e inmorales. Los niños que trabajan de a poco van perdiendo rendimiento escolar, el interés, el cansancio es demasiado para ellos y terminan abandonando su educación. Complicando aún mas sus posibilidades en el futuro.
La principal causa de la explotación infantil es la pobreza y la desprotección social que padecen las familias de los sectores más vulnerables y carenciados.
Se ha avanzado mucho en combatir el trabajo infantil a nivel mundial pero falta bastante por lograr todavía. Se legislo internacionalmente sobre este tema, se difunde y educa sobre este problema, se realizan denuncias judiciales y publicas sobre las empresas que utilizan mano de obra infantil, se implementan diferentes programas y políticas en conjunto entre países y organizaciones como por ej Unicef que defienden los derechos de los niños, entre otras acciones, pero difícilmente se logre erradicar el trabajo infantil mientras haya tantas familias en estado de pobreza y marginalidad.
Si se elimina la pobreza, todos los niños podrán disfrutar de su infancia. El conjunto de la sociedad es responsable del bienestar de los niños por lo que deben colaborar para que esto ocurra.
Una iniciativa conjunta en Guatemala ayuda a los niños y niñas más pobres
© UNICEF Guatemala/2006/Chew |
María Ángela espera con optimismo que los nuevos suplementos de alimentos mantengan a sus hijos bien alimentados y capaces de luchar contra la enfermedad. |
Como parte del lanzamiento del "Progreso para la Infancia número 4: Un balance sobre nutrición", UNICEF está presentando una serie de historias centradas en iniciativas que han dado resultados y que pueden contribuir a contrarrestar las numerosas amenazas al estado nutricional de niños y niñas.
EL LIMAR, Guatemala, junio 2006 - Cuando sus dos hijas gravemente desnutridas se pusieron muy enfermas, María Ángela Esquivel tuvo que llevarlas al Centro de Recuperación Nutricional de Jocotán, a través de casi cinco kilómetros por caminos montañosos, para salvarlas de la muerte.
"No pude darles lo que necesitaban", explicó.
María Ángela pertenece a la cultura indígena Chortí, una comunidad maya que vive en un distrito remoto y subdesarrollado lejos de la capital de Guatemala. Ahora, rodeada de cinco de sus seis hijos, con el más joven, Henry, en sus brazos, la mujer de 27 años habla desde el umbral de su casa en la aldea de El Limar, en la municipalidad de Camotán.
La zona es una de las más pobres del país, a pesar de que solamente a unos cuantos kilómetros se puede escuchar la actividad de las empresas internacionales que exploran yacimientos de oro y uranio.
La casa de la familia es de planchas de madera y un techo de paja, en medio de 250 metros cuadrados de un terreno inhóspito. Sus ingresos son de 3 dólares al año por el alquiler de la mitad de su casa y los 2 dólares al día que el marido recibe como jornalero de otras fincas vecinas, cuando hay trabajo.
Índice alarmante de desnutrición"No podemos hacer producir nuestra tierra, ni una huerta, porque no tenemos con qué", dice María Ángela, refiriéndose a su escasez de recursos.
Aunque Guatemala ha logrado progresos en la reducción del número de niños y niñas menores de cinco años con un peso inferior al normal, la tasa de desnutrición es todavía desmesurada. Un 23% de los niños y niñas menores de cinco tienen peso inferior al normal y uno de cada dos presenta retraso en el crecimiento, la mayor tasa de la región y una de las más elevadas del mundo.
Las probabilidades de que los niños y niñas que viven en los hogares más pobres de Guatemala #niños y niñas como los de María Ángela# tengan un peso inferior al normal son tres veces y media mayores que los que viven en hogares más acomodados.
Pero ahora la situación parece estar a punto de cambiar para María Ángela, ya que se encuentra en un grupo de 200 mujeres de El Limar que han recibido capacitación de una iniciativa conjunta establecida por seis organismos de las Naciones Unidas, entre ellas UNICEF, en cooperación con organizaciones nacionales y del gobierno. En el marco del Plan Nacional para la Erradicación de la Desnutrición Crónica, los objetivos del programa son:
- reducir el retraso en el crecimiento de los menores de tres años
- ayudar a que los niños que sufren desnutrición aguda (o emaciación) se recuperen
- ayudar a las mujeres embarazadas en riesgo a aumentar de peso
El programa tiene por objetivo beneficiar a 220,000 niños y niñas y 150,000 madres gestantes y/o embarazadas de 83 municipios del país (de un total de 335) donde se registran las mayores tasas de pobreza.
Desde que el programa se puso en práctica en junio de 2005 se han alcanzado importantes logros. Se ha desarrollado un alimento complementario rico en vitaminas y hierro para niños y niñas menores de tres años. Este alimento, bajo otra preparación, servirá también como suplemento nutricional para madres gestantes y/o lactantes. Se está desarrollando un Sistema de Vigilancia Nutricional a nivel municipal para detectar las localidades en riesgo. En coordinación con las contrapartes nacionales, se ha logrado también que el Gobierno aplique un proyecto de educación nutricional y alimentaria para mujeres de más de 2.000 localidades en riesgo.
UNICEF brinda apoyo técnico, desarrolla materiales informativos y educativos, y sensibiliza a la población. La organización distribuye también dotaciones de hierro y ácido fólico para mujeres embarazadas y vitamina A para niños y niñas menores de cinco años. El grupo de María Ángela de El Limar ha recibido ya capacitación del programa conjunto de las Naciones Unidas para preparar los alimentos precocinados y enriquecidos que recibirán muy pronto.
"Espero que con este alimento Henry no se enferme como los demás", dijo María Ángela refiriéndose al problema que sufrieron sus hijas y que casi les costó la vida. Pero ahora es optimista gracias a la posibilidad de poder alimentar mejor a todos sus hijos.